Nuestro compañero de vida, el gato, percibe el estado ansioso que experimentamos. Además, él tiene que adaptarse a la nueva situación con sentimientos muy parecidos a los de sus amos.
Os vamos a explicar cómo vive el gato la presencia del nuevo miembro de la familia y cómo ayudarle a que se adapte al bebé sin sentir celos de él.
Las cinco claves para conseguir una convivencia armoniosa son:
1. Realizar los preparativos con antelación.
2. Actuar con calma.
3. Presentar el bebé al gato de forma gradual.
4. Supervisar a ambos en todo momento.
5. Conseguir que el gato relacione la presencia del bebé con
cosas agradables.
Antes de la llegada del bebé
Los gatos no son amantes de los cambios bruscos y los detectan rápidamente en el entorno en el que viven, tanto si se trata de un cambio en la decoración de una habitación o si viene una persona nueva a vivir a casa. Los gatos necesitan que su entorno les resulte familiar y para ello lo delimitan mediante marcas faciales, que consisten en frotarse con objetos y personas para depositar en ellos feromonas. Se trata de una actividad diaria para el gato y que le permite sentirse seguro donde vive y con quien vive.
Por este motivo, es importante que comencemos el proceso de adaptación del gato a la llegada del bebé familiarizándole con los cambios en la decoración de la casa. Permitirle que entre en la habitación que vamos preparando para el recién nacido, que se acostumbre a los muebles nuevos, a la cuna, a la ropita y que, por supuesto, lo vaya marcando con sus feromonas.
La llegada del bebé a casa
No existe una única reacción en los gatos ante la llegada de un bebé a su entorno familiar, dependerá del carácter del gato y de la relación que tenga con sus dueños. Lo más habitual es que sientan curiosidad sobre el recién llagado. Pero, debemos tener claros varios puntos:
- No se debe forzar el acercamiento del gato al niño.
Debe ser el gato el que regule su deseo de contacto con el bebé. - No dejar al bebé y al gato solos sin la supervisión de un adulto.
Es conveniente limar las uñas del gato para evitar arañazos. - Acercar objetos del bebé al gato para que vaya familiarizándose con su olor.
- Mantener las rutinas del gato y seguir prestándole la misma atención.
Es aconsejable jugar y acariciar al gato en presencia del bebé para que relacione su presencia con situaciones agradables. - No esconder ni desplazar al gato cuando vengan visitas a ver al bebé.
- Nunca gritar ni pegar al gato. Debemos reconducir su conducta de forma afectuosa.
Sin embargo, el gato es un animal poco competitivo y si realizamos la adaptación a la nueva situación de forma progresiva no debemos preocuparnos. El bebé disfrutará pronto de un gran compañero de juegos.
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